Mis aprendizajes en mi camino como emprendedora
Cuando transicionas del mundo corporativo hacia el mundo emprendedor hay muchos paradigmas que tenemos que cambiar, también tuve que trabajar sobre mis creencias limitantes.
Las creencias limitantes son todos esos miedos y excusas, que no nos permiten avanzar en nuestro emprendimiento. Normalmente solo existen en nuestra imaginación y cuando finalmente las superamos nos damos cuenta de cuán equivocados estábamos.
Aquí les resumo mis principales aprendizajes como emprendedora, ojalá les sirvan para acortarles aunque sea un poquito su camino hacía el éxito.
Marca personal: Si eres independiente en todo momento tú representas la marca de tu negocio. La verdad es que yo soy una persona sencilla y en un principio de mi emprendimiento sólo dedicaba tiempo a hacerme blower, vestirme bien y maquillarme cuando iba a visitar un cliente, pero en mi día a día, ir al supermercado, reuniones de la escuela, iba bien deportiva. Lo cierto es que debes proyectar lo que quieres que la gente piense de tu negocio, nunca sabes donde puedes encontrar un cliente potencial o alguien que te recomiende.
Hay que aprender, desaprender y volver a aprender. En el emprendimiento el aprendizaje es constante. El mundo, las tecnologías y los consumidores cambian tanto que hay que estar en una constante reinvención. El estatus quo no existe en el emprendimiento, por lo que debemos actualizarnos constantemente para estar a la vanguardia.
Dejar la pena a un lado. Esto en dos sentidos, uno en cuanto a no tener pena de pedir lo que quiero, pedirle a una persona que hagamos una colaboración, pedirle a alguien que me ayude a hacer un contacto, etc. No podemos esperar a que nos vengan a tocar la puerta tenemos que buscar lo que queremos. Por el otro lado exponerme tanto en redes sociales como en charlas presenciales, soy bien tímida y eso de estar de celebrity o influencer publicando mi vida en las redes sociales no es lo que más me gusta pero he comprendido que es necesario.
Aprendí que yo sola soy suficiente. Cuando empecé tenía la creencia limitante de que no podía emprender yo sola porque nadie me conocía y además “no se veía muy bien que fuese una sola persona que no tenía un equipo detrás”. Dediqué mucho tiempo en hacer alianzas y buscar socios. Sí bien si conseguí buenas alianzas, pienso que ese tiempo hubiese sido más productivo si se lo hubiese dedicado a hacer crecer mi marca personal.
Coopetencia (Cooperación + Competencia), como mi experiencia había sido en el mundo corporativo tenía grabado en la mente que para que uno ganara el otro tenía que perder, que la pelea por la porción de mercado era acérrima. Tuve que desaprender esto y me di cuenta que los que crees tus competidores pueden ser tus grandes aliados y que colaborando podemos incluso hacer crecer la torta.
El fracaso es parte del camino al éxito y mejor hecho que perfecto. Yo soy muy perfeccionista y la idea de fracasar me aterraba, tanto que me paralizaba. Por lo mismo me toma mucho tiempo perfeccionar mis productos antes de lanzarlos. La realidad es que el emprendimiento es un proceso de ensayo y error, y la perfección nunca se alcanza, siempre hay que seguir mejorando y adaptándonos al mercado. Es más ahora ya no se habla de fracasar, es pivotar (creo que de esa manera no suena tan espeluznante, ja ja).
No compararme con los demás. Es inevitable sentir ansiedad cuando abres el Instagram y ves todo lo que están haciendo los demás, pero aprendí primero que no me puedo comparar con personas que ya tienen un camino más largo recorrido y luego también porque cada quien tiene su propia identidad. Sólo tienes que ser autenticamente tu mismo, seguro hay un público allí que conectara contigo.
Aprendí a ser más amable conmigo misma, y a silenciar a mi mayor crítica (YO). Por ejemplo cuando terminaba un taller no salía tan contenta de como había salido, siempre pensando que lo podía haber hecho mejor, pero el público me daba su feedback era totalmente lo contrario a lo que yo había pensado. Y es que uno tiende a ser muy auto crítico y a hablarse muy duro, eso en vez de ayudarnos a mejorar nos hace sentirnos más inseguros. Decidí ser más amable conmigo misma y quitarme frases de la mente como "Yo no sirvo para eso", " no soy buena en ...".
Nunca olvidar el mercadeo, afortunadamente cuando empecé la consultoría me fue bastante bien, tenía un cliente que me contrataba varios proyectos al año, luego conseguí otro cliente que contrató mis servicios de asesoría ongoing por casi tres años. Tenía suficiente trabajo y hasta más de lo que quería por lo tanto no dediqué tiempo a hacerme publicidad, ni si quiera abri mis redes sociales. Incluso por no haber abierto mis redes perdí la oportunidad de capitalizar muchos seguidores que pude haber captado en un congreso online en donde participé y en una charla que hice como voluntaria en el Canal de Empresarias. Incluso cuando nos va bien, tenemos que hacer esfuerzos de mantener la presencia online y el mercadeo, porque hay que seguir prospectando clientes futuros, los actuales pueden no durar para siempre.
Tener un grupo de apoyo o un mentor es muy importante, cuando uno emprende sólo, hace falta tener a aquella persona que te dé su opinión, un consejo, o que te anime cuando estás decaído y que celebre tus logros contigo. Desde el año pasado estoy en varios grupos (mastermind) de personas que están haciendo lo mismo que yo y el crecimiento y apoyo han sido increíble. Sin duda han marcado un antes y un después en mi emprendimiento.
Nunca es demasiado tarde, ni demasiado pronto para ir a buscar tus sueños y los grandes también fueron pequeños alguna vez y llegaron a donde están con mucha persistencia, y se encontraron con fracasos y rechazos en el camino. Tampoco importa si ya hay alguien más haciendo lo que quieres hacer, sólo tu podrás hacerlo con tu estilo propio y con tu esencia.
Ánimo el camino de emprendimiento no es fácil, pero si se avanza constantemente un paso a la vez se llega lejos!!! Me encantaría acompañarte en el mismo.
Me gustaría mucho oír sobre tus aprendizajes emprendiendo, cuéntame en un email.